miércoles, 2 de diciembre de 2009

Analista política; Critica el papel de los observadores

Mientras se esperaba que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) diera a conocer los resultados preliminares de las elecciones del pasado 29 de noviembre, la analista política y directora del Programa de las Américas, del Center for International Policy, organización no gubernamental que tiene su sede en Washington, Laura Carlsen, era agredida, supuestamente por los observadores electorales que llegaron al país.

Carlsen fue obligada a abandonar el hotel por el hecho de estar haciendo su trabajo: analizar políticamente lo que estaba ocurriendo en este país centroamericano. Horas más tarde, los medios afines al gobierno de facto trataron de “justificar” la absurda violencia contra la analista política, diciendo que se trataba de una periodista venezolana enviada para hacer campaña contra las elecciones.

La analista política dialogó con algunos medios internacionales en los cuales explicó que una agencia internacional “me había pedido una entrevista para analizar el actual proceso electoral en Honduras y estaba dando mis declaraciones en un pasillo del Hotel Marriot, donde se encuentran las instalaciones del TSE. Lo que estaba diciendo es que en mi opinión estas elecciones no iban a resolver la crisis política”, dijo Carlsen.

“Siento temor por mi seguridad y en 20 años de ser analista política es la primera vez que me pasa esto. Nunca he visto un nivel tan grande de intolerancia y agresión, solamente por tener una opinión distinta a la de otras personas. Siempre he podido expresar mis ideas con libertad como profesional que soy, y en esta ocasión no fue así”.

Carlsen manifestó que han seguido de cerca la política estadounidense en la región latinoamericana y que en el caso de Honduras “lo que estamos viendo es que sigue la misma política de su antecesor. Si miramos cuáles son los países que están reconociendo el proceso electoral, vemos que son países que tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos y que son susceptibles a la presión que puede ejercer el gobierno norteamericano para consolidar un proceso ilegítimo en Honduras”.

“Si la comunidad internacional deja de mirar hacia Honduras y finge que ya todo se resolvió, deja a la población sola en su lucha de resistencia y una posición de mucha vulnerabilidad. Hago un llamado a los grupos de derechos humanos a nivel internacional para que sigan observando y monitoreando lo que va a ocurrir en los próximos meses”, puntualizó Carlsen.

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