A pesar de lo que ha manifestado
El mayor problema que enfrenta el régimen de facto es el reconocimiento de las elecciones por la comunidad internacional, sin embargo tiene en Estados Unidos su mejor aliado, evidenciado que todo el discurso que se manejó los primeros días del golpe fue demagogia política, por parte de la “gran nación”.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano agregó que el pacto “brinda una vía para una elección libre y que el resultado, si se maneja de manera apropiado, puede ser apoyado tanto dentro de Honduras como por la región”.
En este punto el Colectivo de abogados en resistencia, aseguran que las elecciones “no serán legales, pues violentan los principios fundamentales del derecho internacional, además de estar viciadas y militarizadas”. La poca credibilidad del proceso, ha motivado a miles de hondureños a no participar en los comicios, lo que crearía un ambiente de ingobernabilidad para las futuras autoridades.
El derrocado Manuel Zelaya ha insistido que la solución a la crisis, tras el fracaso del acuerdo, está en manos de
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