Casaes presentó la denuncia en una sesión del Consejo Permanente de
“La delegación de Brasil deplora los actos del régimen de facto de violación a los derechos humanos y exige el fin inmediato de la situación de la tortura a los ciudadanos brasileños y hondureños que se encuentran” en la sede diplomática, señaló el embajador.
Asimismo, el diplomático dio como ejemplo que la embajada brasileña ha estado rodeada de fuerzas militares y policiales. Los uniformados de facto buscan interrumpir durante la noche el sueño de las personas que permanecen en la sede, mediante ruidos y aparatos de luz de alta intensidad, lo que ha ocasionado perturbación física y emocional.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de
“Condenamos los actos de intimidación contra la embajada de Brasil”, expresó la presidenta de turno del Consejo y embajadora de EE.UU., Susan Rice, en una declaración verbal al término de una reunión en
Igualmente, el Consejo de Seguridad exigió “al gobierno de facto en Honduras a dejar de acosar a la embajada de Brasil y a suministrarle los insumos necesarios a las personas que allí se encuentren, incluyendo agua, electricidad, alimentos y continuidad de comunicaciones”.
Bombas de gas, sonidos estridentes, balas de goma, son sólo alguno de los métodos utilizados por las fuerzas al mando de Micheletti para agredir a los ciudadanos.
Desde la llegada del presidente Zelaya a tierras hondureñas el pasado 21 de septiembre, miles de personas se han concentrado a las afueras de la embajada de Brasil en apoyo al retorno del mandatario al poder.
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